Hoy visitamos el Parque Arqueológico de la Alcudia de Elche.

En estos parajes fue hallada, a finales del siglo XIX y haciendo labores agrícolas de desmonte, la escultura más célebre del mundo íbero: la enigmática Dama de Elche.

El asentamiento, habitado desde el Neolítico, conoció su mayor esplendor en época íbera y romana, siendo abandonada en el siglo X y sus piedras utilizadas como cantera para construir nuevos edificios en el cercano Elche.

En el centro de interpretación, podemos contemplar diferentes vitrinas con piezas emblemáticas y disputar la proyección de un audiovisual imprescindible para conocer el contexto histórico de la ciudad a través de los siglos.

Ya en el exterior, siguiendo el itinerario, encontramos vestigios de edificios íberos y romanos, un foro, murallas, termas o una basílica cristiana.

En el museo monográfico, las salas se disponen analógicamente y además de esculturas, ánforas o mosaicos, las piezas cerámicas cobran un enorme protagonismo.

Con una gran calidad artística van surgiendo ante nuestros ojos bellísimas decoraciones figuradas y representaciones humanas, animales y vegetales.

Como ceramista, solo puedo admirar el talento de estos artesanos íberos que con gran destreza han sabido plasmar de forma tan armónica toda la simbología, las leyendas y los mitos de su pueblo.